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Brillo discreto en cada sonrisa
El smiley piercing ha ganado popularidad por su capacidad de aportar un detalle único sin saturar la expresión facial. Su aspecto limpio lo hace ideal tanto para quienes comienzan en el mundo de los piercings como para quienes ya tienen experiencia.
La clave está en elegir un aro fino y ligero, que se adapte bien al movimiento natural del labio. Es un estilo que encaja con cualquier personalidad y que aporta un toque alegre y espontáneo a cada sonrisa.
El piercing smiley combina perfectamente con otros piercings de labios y boca, creando una composición armónica. Por ejemplo, puede acompañarse de un Labret o un labret vertical, generando contraste entre el labio inferior y la sonrisa.
También se ve muy bien junto a un Piercing estilo Medusa o un Piercing estilo Dahlia, que equilibran la zona superior del rostro. Para un look más atrevido, puede combinarse con un Piercing para la Lengua, logrando un efecto visual potente y muy expresivo.
El smiley piercing requiere una higiene constante durante las primeras semanas. Es recomendable usar enjuagues bucales sin alcohol después de cada comida y evitar tocar o mover la joya con la lengua.
Además, es importante elegir materiales de calidad como titanio o acero quirúrgico para prevenir infecciones. Una vez cicatrizado, podrás cambiar el aro por uno más fino o decorativo, adaptándolo a tu estilo personal o combinándolo con otros piercings labiales.
El dolor es leve, ya que la perforación atraviesa una fina membrana del frenillo.
Generalmente entre 4 y 6 semanas, siempre que se mantenga una buena higiene bucal.
Los aros finos de titanio o acero quirúrgico son los más cómodos y seguros.
Sí, combina perfectamente con labret, labret vertical, medusa, dahlia o lengua para crear un estilo completo y equilibrado.