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Marca tu estilo con seguridad y personalidad
Descubre la belleza sutil de nuestros piercings con cristal, diseñados para aportar un toque de luz y delicadeza a tu estilo personal. Su acabado brillante y translúcido refleja la luz de forma elegante, adaptándose a cualquier tipo de piercing: desde el lóbulo hasta el hélix, tragus o nostril. Cada pieza está cuidadosamente seleccionada para ofrecer comodidad, durabilidad y un acabado impecable.
Esta colección destaca por su versatilidad y pureza visual. Con monturas en acero quirúrgico, titanio u oro, son ideales tanto para nuevas perforaciones como para pendientes ya cicatrizados. Perfectos para regalar o para quienes buscan una joya discreta con un punto de brillo especial, los piercings con cristal son una opción atemporal que encaja en cualquier joyero y estilo. Añade un toque luminoso y refinado a tu look con una pieza que nunca pasa desapercibida.
En Onai creemos que una joya es mucho más que un complemento: es una forma de expresar quién eres sin necesidad de palabras. Por eso, seleccionamos con mimo cada piercing con cristal, una pieza que transmite claridad, sencillez y un brillo sutil que nace del interior. Su luz discreta y su acabado refinado aportan un toque elegante y sereno, pensado para quienes valoran la autenticidad, la calma y la belleza en los pequeños detalles.
El piercing de cristal simboliza pureza, claridad, equilibrio y luz interior. Su aspecto translúcido y brillante refleja una estética limpia y serena, lo que lo convierte en un complemento ideal para quienes buscan expresar elegancia sin excesos y autenticidad sin artificios.
A nivel simbólico, el cristal se asocia con:
Transparencia y sinceridad: representa la honestidad, la apertura emocional y la conexión con uno mismo desde la verdad.
Calma y armonía: su brillo suave transmite serenidad, equilibrio y una energía limpia, ideal para personas que valoran la paz interior.
Luz y energía positiva: muchas culturas han asociado el cristal con la capacidad de canalizar o reflejar luz, siendo símbolo de protección y renovación.
Minimalismo consciente: en joyería, el cristal destaca por su simplicidad refinada, aportando un toque elegante que no compite, sino que acompaña.
Llevar un piercing de cristal es una forma sutil pero poderosa de expresar una belleza natural, consciente y atemporal.
Detectar una infección en sus primeras fases es fundamental para evitar complicaciones. Durante los primeros días tras hacerte un piercing, es normal experimentar algo de enrojecimiento, sensibilidad o una inflamación leve. Sin embargo, si estas molestias no remiten o se agravan, es importante prestar atención a ciertos signos que podrían indicar que algo no va bien.
Algunos de los síntomas que pueden alertar de una posible infección incluyen:
Dolor persistente o que aumenta con los días.
Enrojecimiento intenso que se expande alrededor de la perforación y no mejora.
Inflamación pronunciada o sensación de que la zona está endurecida.
Secreción espesa de tono amarillento o verdoso, con olor desagradable, diferente al líquido transparente habitual del proceso de cicatrización.
Calor localizado en la zona del piercing.
Fiebre o malestar general, especialmente si se acompaña de otros síntomas.
Ante cualquiera de estas señales, lo más recomendable es consultar con un profesional para recibir la atención adecuada cuanto antes.
