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Icónico, versátil y lleno de estilo
El piercing navel se coloca normalmente en la parte superior del ombligo, aunque también puede situarse en la inferior o incluso en ambos puntos, según la anatomía y preferencia de cada persona.
Es una perforación muy popular por su visibilidad, sobre todo durante el verano, y por la variedad de diseños disponibles: barras curvas, colgantes, cristales o estilos minimalistas.
Su versatilidad lo convierte en una joya ideal para quienes buscan resaltar el abdomen con un toque personal y moderno.
Los navel piercings pueden variar en forma, tamaño y diseño. Algunos de los más populares son:
– Piercing navel clásico: con barra curva y dos bolas metálicas o con cristal.
– Piercing navel colgante: joyas con adornos móviles que aportan brillo y movimiento.
– Piercing doble navel: una combinación de perforaciones superior e inferior para un look más atrevido.
– Piercing minimalista: diseños discretos, elegantes y cómodos para uso diario.
Cada modelo se adapta al gusto personal y al nivel de protagonismo que quieras dar a tu ombligo.
La zona del ombligo requiere materiales seguros que favorezcan una buena cicatrización. Los más recomendados para tu navel piercing son:
– Titanio: hipoalergénico y ligero, ideal para pieles sensibles.
– Acero quirúrgico: duradero, brillante y fácil de limpiar.
– Oro o titanio con cristal: perfectos si buscas un acabado elegante y brillante.
Todos los modelos en Onai Piercing están fabricados con materiales de grado implante, garantizando seguridad y confort durante todo el proceso de curación.
El dolor es leve y momentáneo; depende de la sensibilidad individual y de la experiencia del perforador.
Entre 6 y 12 meses, dependiendo del cuidado y del tipo de joya utilizada.
El titanio o el acero quirúrgico son las opciones más seguras y duraderas.
No se recomienda. Es mejor comenzar con una barra curva simple y cambiar a un modelo colgante cuando la perforación esté completamente curada.